La primera cita: Consejos

La ansiedad, el sudor, el tartamudeo, el aliento, la incertidumbre, y ese sentimiento de estar más en una entrevista de trabajo que en una primera cita. Personalmente he de confesar que he tenido, quizá no cientos, pero sí algunas decenas de primeras citas en mi vida, en su mayoría malas o al menos mediocres (cuando he tenido suerte). Claro que ha habido un manojo que ha valido la pena (ya si la relación fracasó después es otra cosa). Por eso, hoy quisiera compartirles algunos consejos para una primera cita.

La primera cita: Consejos

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La primera cita es una experiencia que no se le desea a cualquiera:

Antes de arrancar, quisiera hacer bien la diferencia: esto se va a tratar de errores que otros han cometido o que yo mismo he cometido en una primera cita romántica. Esto no se va a tratar de ligues de una noche, y mucho menos de encuentros casuales de Grindr. Y aunque es cierto que algunas citas románticas pueden acordarse por medio de alguna app para ligar (de la misma forma que una a cita a ciegas arreglada por algún amigo en común, alguna red social, y hasta con el número que nos dieron en el bar la última noche de sábado en el bar), esto se va a tratar del aspecto romántico, o sea, cuando alguien desea entablar una relación seria, bonita y duradera con otro alguien.

La planeación es vital, y debe cuidarse con pinzas. En mi experiencia, planear una primera cita no debe tomar más de media hora: ambas partes deben acordar la hora, el día y el lugar; algo que les acomode a ambos, y es OBVIO que debemos intentar bloquear (en la media de lo posible) el resto del día, para no andar con prisas.

Se deben buscar actividades relajadas, que permitan conversar tranquilamente (por tanto, hay que evitar el cine, el teatro y cualquier espectáculo en vivo que nos obligue a callarnos, pero un concierto o un evento deportivo puede ser divertido). Idealmente podrían verse para comer o cenar, o tomar un café o un trago. Les recomiendo que sean actividades que se puedan interrumpir con facilidad por si la cita va mal y es evidente que debe terminarse. Sobre todo aconsejo también que sean actividades que los hagan sentirse cómodos (por ejemplo, si le tienen miedo a los juegos mecánicos o a patinar en hielo, un parque de diversiones o una pista de hielo quedan descartados; igualmente si no les gustan los deportes, un estadio solamente los pondrá de mal humor). Si la otra parte sugiere algo que no les guste, es mejor ser honestos y proponerlo como algo para una probable segunda cita si la primera sale bien.

La primera impresión puede ser la útima, así que hay que ser cuidadosos. La puntualidad es clave, yo incluso trataría de llegar al menos diez minutos antes para no quedar mal. El lenguaje corporal puede ser nuestro mejor aliado o nuestro peor enemigo. Cruzarse de brazos, perder de control los tics nerviosos, no sonreír, dar la mano débilmente, y evitar el contacto visual son elementos que pueden hacernos perder puntos.

¿Y qué me pongo? La ropa debe ser suficientemente estética, pero tampoco pareciendo que nos esforzamos demasiado, siendo UN POCO sexy, pero dejándolo con curiosidad. Sin atentar contra la imagen y personalidad de cada quien, quizá nuestro top favorito de cuero amarillo neón con cadenas y estoperoles debamos guardarlo para cuando haya más confianza. La ropa demasiado llamativa puede llegar a ser muy agresiva a la vista, por tanto recomiendo colores neutrales, bien combinados y sólidos. Uno debe saber qué colores le quedan mejor, la ropa debe amoldarse al cuerpo, sin colgar o apretar demasiado, y claro que las manchas y arrugas están estrictamente prohibidas. Para ir a la segura, probaría los últimos jeans que me compré, una playera o camisa lisa blanca, gris o negra, tennis de los mismos colores, y una chamarra de cuero negro que nos quede bien o un saco.

La comida es un punto delicado. Obvio muchos disfrutamos casi de todo, pero en una primera cita, lo que nos llevemos a la boca puede hacernos quedar muy mal. No solamente hablo de evitar todo lo que nos pueda dar mal aliento como la cebolla o el ajo. Hablo también, por ejemplo, de restos de comida que adoran atorarse en nuestros dientes, como la piel de los frijoles, hojas de cilantro, perejil y yerbabuena (cuidado con los mojitos), trozos de brócoli, en fin. Si sabemos que algún alimento nos hace eructar más de lo usual, queda prohibido. Por lo mismo, evitaría cualquier bebida burbujeante como cervezas o refrescos. Igualmente creo que damos una mejor impresión comiendo con cubiertos que con la mano, ya que aunque las hamburguesas y los tacos pueden ser deliciosos, llevarnos grandes bocados a la boca y que se salga la mitad de la torta del otro lado no es precisamente agraciado, y ya ni hablar del olor que puede dejar en las manos. Si no dominan los palillos chinos, tampoco optaría por la cocina asiática, a menos que deseen verse como un orangután mal entrenado para comer yakimeshi. También creo que es mejor tomar poco, no es ideal que nuestra cita nos vea borrachos la primera vez que salimos.

¿Entonces qué sí? Mi ideal sería una copa de vino dulce espumoso y pasta (las pastas largas suelen colgar de la boca y tampoco es glamoroso). Si la conversación va bien, sugeriría compartir el postre, nada con chocolate (no queremos puntos negros en los dientes), mejor un cheesecake o flan de la abuela. Al terminar, me disculparía un momento para ir al baño y asegurarme de que no tengo manchas en la cara o la ropa, ni comida en los dientes, y pediría al mesero un palillo de ser necesario (yo de hecho siempre cargo algunos en mi cartera, de esos envueltos individualmente en plástico que suelen dar en los restaurantes).

Mi madre dice que en la mesa no se habla de política, religión ni fútbol. Yo en una cita agregaría no hablar de los Ex – Novios. Tengamos cuidado de no parecer prepotentes ni de monopolizar la conversación. Propongamos temas agradables, y escuchemos con atención, hagamos preguntas sobre los temas que entusiasman a nuestra cita. Siempre podemos hablar de cine, tv, libros, viajes, museos, salir del clóset, nuestras familias y amigos, pasatiempos y otros temas ligeros. Se trata de conocerlo y que nos conozca. Si notamos que tocamos fibras sensibles, mejor cambiemos el tema. No hablemos de temas que no conocemos solamente por querer impresionarlo o atraerlo; aparentar inteligencia suele dar el resultado opuesto. Y SOBRE TODO, EVITEMOS QUEJARNOS. No hay nada peor que una cita peleada con el mundo.

La despedida es quizá el momento más extraño e incierto de la noche. Podremos saber cómo nos sentimos, pero no siempre estamos seguros de cómo se siente el otro. Si no queremos volver a verlo, es importante ser amables pero no dar ninguna señal de que tenemos mayor interés (nada de “nos vemos pronto”, “hay que repetirlo”, “fue muy agradable”; mejor un simple “cuídate mucho, descansa, buenas noches”). Si el susodicho promete, yo no me quedaría en el apretón de manos, intentaría al menos abrazarlo ligeramente. Si sentimos reciprocidad, quizá alargar el abrazo. Y si ese abrazo nos da confianza y queremos besarlo, primero lo miraría a los ojos, estando cerca para confirmarlo. Si sus ojos nos invitan, es importante empezar con un beso sin lengua, ya si sentimos que quiere más, adelante. Sé bien que en estos tiempos modernos decirle que no al sexo puede parecer ridículo, pero recordemos que si se trata de bucar novio yo no pasaría de un faje ligero en el auto para darle a entender que no buscamos solamente sexo. Aunque andemos ganosos y jariosos, ya habrá oportunidad de más… exploración profunda.

Suerte, les deseo… una segunda cita.

About the author

Nací un 7 de septiembre por ahí del año del devastador terremoto que acabo con la vida de muchas personas en México, siempre apoyando a la comunidad en general, generando proyectos de vida, creando y desarrollando ideas. Soy todólogo entre mis pasiones está el diseño gráfico y web, escribir y amar. Chavo inteligente, enojón, luchón, huevonsin, atractivo, comelón, deportista, directo, amoroso.